La gestión del dato eficiente (MDM: Definición y modo de implementarlo en tu empresa)

Importancia del MDM

Cuando se hace correctamente, la gestión de datos maestros también puede agilizar el intercambio de datos entre diferentes sistemas empresariales y facilitar la computación en arquitecturas de sistemas que contienen una variedad de plataformas y aplicaciones. Además, una gestión eficaz de los datos maestros ayuda a que los datos utilizados en las aplicaciones de inteligencia empresarial (BI) y de análisis sean más fiables.

Los programas de gestión de datos maestros proporcionan una visión única al consolidar los datos de múltiples sistemas de origen en un formato estándar. En el caso de los datos de los clientes, el MDM los armoniza para crear un conjunto unificado de datos maestros para su uso en todos los sistemas aplicables. Esto permite a las organizaciones eliminar los registros de clientes duplicados con datos no coincidentes, lo que proporciona a los trabajadores operativos, los ejecutivos de negocios y los analistas de datos una imagen completa de los clientes individuales sin tener que juntar diferentes entradas.

Cómo funcionan

Las soluciones MDM comprenden una amplia gama de prácticas de limpieza, transformación e integración de datos. A medida que se añaden fuentes de datos al sistema, MDM inicia procesos para identificar, recopilar, transformar y reparar los datos. Una vez que los datos cumplen los umbrales de calidad, se crean esquemas y taxonomías para ayudar a mantener una referencia maestra de alta calidad. Esto permite que los datos de toda la empresa son precisos, están actualizados y son coherentes.

Cómo implantar MDM

Para aquellas empresas que quieran implantar un sistema MDM en su organización, se recomienda seguir una serie de pasos previos. El primero de ellos debe ser una evaluación de la situación de la gestión de datos empresariales de la organización.

Además, es momento de definir la estrategia y tener una visión clara de cuáles son los objetivos a lograr con MDM.

A partir de esta evaluación, se pueden ir tomando el resto de los pasos para implantar un MDM.

• Documentar y modelar los datos y procesos empresariales. Se deben identificar las fuentes de datos y definir los metadatos. Un arquitecto de TI debe diseñar la arquitectura MDM en función del enfoque y los objetivos que tenga la organización.
• Análisis. Una vez que se ha identificado las fuentes de datos para el área elegida, hay que hacer un análisis para evaluar el flujo de datos y las reglas de transformación. También es momento de perfeccionar las definiciones de metadatos y definir los requisitos de calidad de los datos maestros.
• Construcción. Construir la base de datos MDM, de acuerdo con la arquitectura que se ha creado. En este punto es muy importante la colaboración entre diferentes departamentos y profesionales, de manera que el desarrollo contemple todos los puntos de vista.
• Implementar. Es hora de completar la base de datos con los datos maestros de la primera área temática y los metadatos asociados. Por supuesto, elegir la tecnología adecuada entra dentro de este paso y será crítico para el buen funcionamiento de la estrategia MDM.
• Gobierno del dato. Es importante determinar los derechos de acceso y evaluar los niveles de calidad de los datos para el MDM. Es la mejor manera de determinar reglas y políticas para analizar, asegurar y gestionar bien los datos.
• Mantenimiento. Una vez realizados los pasos anteriores, es hora de llevar a cabo los cambios internos para la primera iteración. Ese momento se aprovecha para planificar y desplegarla siguiente, hasta que el programa de MDM esté completamente desplegado.

Cabe señalar que, en este último punto, es fundamental haber desarrollado previamente una cultura del dato en la empresa con el fin de que todos los actores implicados sean conscientes de los cambios que se van a producir y los asuman como propios para lograr esos objetivos marcados.

Como vemos, además, el truco está en empezar de poco a poco e ir creciendo de forma modular, de manera que se pueda garantizar el buen funcionamiento, progreso y escalabilidad del proyecto, limando los escollos que puedan encontrarse por el camino.