Humanismo tecnológico frente a las complejidades actuales

Enfoque humanista para el desarrollo tecnológico

En pleno siglo XIV, el humanismo surgió como respuesta a la oscuridad de la Edad Media, situando a la persona en el centro de todas las cosas, a través del arte. En la segunda década del siglo XXI, es crucial volver poner el foco de nuestra atención en la humanidad, dado que nos enfrentamos a diversas complejidades como sociedad. Si manejamos estas complejidades adecuadamente, principalmente mediante el uso de la tecnología, podríamos convertirlas en oportunidades significativas para el progreso.

El humanismo tecnológico se presenta como una respuesta y una opción para afrontar los riesgos derivados de una creciente incertidumbre, en un contexto que podría dar lugar a un retroceso en varios aspectos, como la igualdad de oportunidades, las libertades individuales y colectivas o la sostenibilidad, entre otros. Así, la tecnología puede desempeñar un papel crucial mediante su contribución a una evolución responsable, sostenible y centrada en el bienestar de la sociedad en su conjunto, promoviendo su desarrollo humano y mejorando la calidad de vida de las personas.

Entre las complejidades del entorno, destacan la aceleración de la transformación digital y la sofisticación del ecosistema tecnológico y, muy unido a ambos factores, la escasez de talento TI; además, nos encontramos inmersos en una crisis climática y un contexto económico tensionado, marcado por tensiones geopolíticas y riesgos latentes de inflación.

La tecnología al servicio de las personas

La transformación digital es un proceso inevitable que está motivando a las empresas a acelerar la digitalización de sus modelos de negocio y operaciones, pero que, aplicando el enfoque del humanismo tecnológico, pondremos a las personas en el centro de este proceso.

A esta realidad hay que añadir, la realidad de un ecosistema tecnológico que continúa evolucionando rápidamente, coincidiendo con una convergencia de tecnologías, como la Inteligencia Artificial, la ciberseguridad y el Cloud, con foco en la Experiencia Total. A esta complejidad, hay que añadir otra que es la escasez global de talento en tecnologías de la información, cuya atracción, formación y desarrollo representa el principal desafío del sector TI, para el conjunto del sistema económico actual, debido a la creciente dependencia de la tecnología en todos los ámbitos de actividad. Por lo tanto, es crucial que el proceso de transformación ponga a las personas en el centro, fomentando su desarrollo y formación continua, así como garantizando la inclusión de todos los grupos en la sociedad digital.

Otra complejidad que requiere de una respuesta urgente es la emergencia climática, que, desde el enfoque del humanismo tecnológico, es posible abordarla promoviendo infraestructuras más eficientes y menos contaminantes, así como el desarrollo y uso de herramientas que faciliten el cuidado del planeta y el bienestar de sus habitantes. En este sentido, adoptando una mirada humanista, la tecnología puede contribuir a avanzar hacia una mayor igualdad de oportunidades y el respeto por los derechos humanos, contribuyendo, así, a la construcción de una sociedad más justa, equitativa e inclusiva.

Ante una tecnología que desempeña un rol cada vez más relevante en la vida de las personas, desde el sector TI, debemos tutelar su desarrollo para que su impacto sea positivo y beneficioso para el conjunto de la ciudadanía. Adoptar una perspectiva humanista consiste en recuperar aquellos valores que nos hacen humanos y promover prácticas sostenibles y éticas, a través de la tecnología. Las organizaciones pueden contribuir a hacer que la tecnología sea una herramienta al servicio de las personas y no al contrario. Como sociedad, tenemos la responsabilidad de garantizar que la tecnología se utilice para promover el bienestar y construir un mundo mejor y más justo para las generaciones futuras.

Por lo tanto, la tecnología no debería ser un fin en sí misma, sino un medio para mejorar la calidad de vida y conseguir tener un impacto positivo en nuestro entorno. Así, el humanismo tecnológico emerge como una respuesta a las complejidades del mundo actual y también una oportunidad para construir un futuro más esperanzador y próspero para el planeta y, en particular, para sus habitantes.